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"Seré para tí, única en el mundo"

  • gabyveghazi
  • 14 sept 2023
  • 2 Min. de lectura

El Zorro y el Principito

"Serás para mí único en el mundo, Seré para tí único en el mundo”

El Principito, Antoine de Saint-Exupéry


Leí El Principito por primera vez, cuando aún estaba en la escuela primaria. El personaje siempre me impactó y llenó de ternura.


A mis diez años, me preocupaba que un niño tan pequeño viviera solo. Cómo no iba a la escuela? quien le preparaba la comida y lo arropaba a la noche cuando se acostaba?


A medida que fui creciendo y releyendo el libro, descubrí muchos otros sentidos a cada una de sus palabras y actitudes.


Cuando fui mamá por primera vez, redimensioné otra vez sus dichos y vivencias. La frase con la que comienza esta entrada, se la dice el Zorro al Principito, cuando habla de “domesticarlo”.


Hoy le encuentro un sentido mucho más ambiguo y casi doloroso.


Tenemos muy romantizada la maternidad.


Cuando nació mi primera hija, por un tiempo me sentí en una nube de oxitocina. Todo era amor y perfección. Podía tenerla en brazos todo el día y pasarme las noches mirando como dormía.


Esta sensación de estar flotando me duró los primeros días.


Luego mi compañero retomó el trabajo y las visitas llegaban en la peor hora del día. La Hora de las Brujas.


Poco a poco, el que ella sea todo para mí o peor aún, el sentir que yo era todo para ella, empezó a agobiarme.


Las cortas siestas que hacía durante el día, no me dejaban tiempo para ducharme, ni prepararme la comida.


Las noches de sueño entrecortado, sumado a los cambios hormonales comenzaron a hacer estragos en mi humor.


Los horarios inespecíficos para salir, dependían de la teta y sus siestas. La falta total de rutina y organización me desorganizaban a mi también.


Sentirme tan imprescindible para ella, que hasta mis estados de ánimo y angustias la afectaba, me angustiaba cada día más.


La sensación, o más bien la certeza de que ella dependiera de mí absolutamente, era algo que me estab


a costando manejar.


Lo que en un comienzo me parecía idílico y romántico, poco a poco se fue transformando en una gran carga.


Esto no me pasó solo a mi, ni te pasa solo a vos. Es mucho más común de lo que pensamos. Aún así, lo hablamos mucho menos de lo que deberíamos.


La culpa y el miedo al estigma social, muchas veces nos hacen callar.


La maternidad es un trabajo tan hermoso como agobiante. Ninguna mujer debería atravesarla sola. Escribime y te cuento cómo te puedo acompañar.


Y recordá que criar en tribu siempre es mejor!



 
 
 

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